Embarazadas

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viernes, 4 de abril de 2014

16° audiencia


El miércoles 26 de marzo de 2014 se escucharon las declaraciones de seis hermanos de Stella Maris Bojorge: Claudia Daniela, María Elena, Fernando Marcelo, María Alejandra, Arturo Carlos y Elizabeth Patricia Bojorge.

Claudia Daniela Bojorge


María Elena Bojorge



Fernando Marcelo Bojorge



María Alejandra Bojorge



Arturo Carlos Bojorge



Elizabeth Patricia Bojorge

Los Bojorge son una familia de Mercedes, Provincia de Buenos Aires. Stella Maris era la segunda hija. Los hermanos de Stella recordaron que el 1° de julio de 1977 se encontraban reunidos en la casa de la familia, aguardando para festejar al día siguiente el primer cumpleaños de una sobrinita.
Hacia el fin de la tarde recibieron un llamado, en el que un hombre que se identificó como Carlos González preguntaba por Stella Maris para tomar un café. Una vez que Stella atendió el llamado, cortó inmediatamente. Sus hermanas no saben por qué.
Stella estudiaba Medicina en la Universidad Nacional de La Plata y militaba en la Juventud Peronista. Estaba más relacionada por su militancia con un grupo de estudiantes de Agronomía.
Esa misma noche, cerca de las 23, tocaron el timbre. Como esperaban a más familiares por el festejo, no les resultó extraño. Adriana, una de las hermanas, atendió la puerta. Tres hombres armados, con la cara cubierta, irrumpieron en la casa. Adriana fue encerrada en el baño y golpeada, a pesar de sus convulsiones. Ataron al resto de la familia y en el dormitorio interrogaron a Stella por Carlos Alberto Weber, conocido familiarmente como Pepe. Después de esto, se la llevaron.
En las distintas declaraciones se refirieron al cambio que sufrió la familia desde entonces. Los padres se abocaron a la averiguación del paradero de Stella desde la misma noche de su secuestro sin obtener respuestas. Sus contactos con personal de las fuerzas armadas no sirvieron.
Años más tarde pensarían que tal vez Justo Jacobo Rojas Alcorta, Jefe del Regimiento 6 de Mercedes, sabía de antemano sobre el operativo y habría sacado información sobre la familia usando a su pequeña hija como señuelo.
Refirieron también a la angustia y temor de las noches posteriores, el silencio que se instaló en las relaciones con sus vecinos.
Un episodio que todos recordaron con mucho dolor fue la propuesta que le hicieron al padre de Stella: dejarían libre a su hija si él entregaba a su yerno Guillermo Cánepa, marido de Elizabeth Patricia y estudiante de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de La Plata.
Supieron además que una persona con rasgos orientales, Pedro Iga o Ega, estaba vigilando su casa así como la de la familia Cánepa. Este hombre estaba vinculado al Regimiento 6 de Inteligencia, era de Mercedes y no ocultaba su labor.
El 31 de agosto de 1977, por la madrugada, secuestraron al padre de Stella. Fue liberado por la tarde; lo habían interrogado bajo tortura para averiguar el paradero de su cuñado. Sus hijos refirieron conmovidos el estado en el que su padre regresó ese día, completamente golpeado al punto de no poder reconocerlo. Su padre además perdió la audición en un oído por la tortura. Horas antes habían secuestrado a la madre y hermana de Guillermo Cánepa, Guillermina de Cánepa y Valeria Patricia María Cánepa.
Siguieron a esto años de gestiones infructuosas, de dolor por la desaparición de Stella y el no poder encontrarla, años de tensión y frustración y el sentimiento de inseguridad hasta el presente. Además de entrevistarse con Marta Videla, hermana del dictador, apelaron al Coronel Sullivan; hicieron denuncias en el Ministerio del Interior; se inició una causa en el Juzgado de Mercedes en la que intervino el juez Carlos Oliva. También hablaron con José María Tisi Baña. Pidieron audiencia a Orlando Agosti, a Raúl Primatesta, quien respondió que no podía hacer nada; destacaron además que la iglesia les dio la espalda. Al volver la democracia, denunciaron el caso en la CONADEP. A través del informe de CLAMOR publicado en 1984 en el Diario La Voz supieron que Stella había sido vista por liberados de La Cacha.
Mucho tiempo después, en el año 2006 comenzaron a investigar para reconstruir la suerte de Stella desde su secuestro. Declararon entonces en el Juicio por la Verdad.
También indagaron en la documentación de la DIPBBA, las publicaciones de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y entraron en contacto con liberados que vieron a su hermana, Raúl Guillermo Elizalde, Héctor Javier Quinterno y Silvia Bucci.
Pudieron descubrir que gran parte del grupo de agronomía en el que militaba Stella fue secuestrado y llevado a La Cacha; entre ellos estarían Daniel Crescimbeni, Jorge Enrique Pérez Catán, Jorge Oscar Galmes, Ignacio Manuel Cisneros, Stella Maris Giourgas, Carlos Alberto Weber.
Supieron que su hermana permaneció en la Planta Baja, sometida a torturas y maltratos y tenía poca comunicación con el resto de los secuestrados. También José Luis Barla les contó sobre su cautiverio, ya que permaneció a su lado. Un testimonio fundamental para ellos fue el de Ernesto Carlos Otahal, secuestrado en La Cacha entre el 18 de agosto de 1977 y el 23 de septiembre, liberado junto a Juan Carlos Bongiorno. Él indicó que hubo un traslado grande el 22 de septiembre; aproximadamente 12 personas fueron sacadas de La Cacha, entre ellas Stella.
Los hermanos evocaron además en la audiencia los pormenores de toda la búsqueda, el rastreo de las personas liberadas, las entrevistas que mantuvieron con cada uno y sus impresiones personales.
Se entrevistaron también con Alejandro Incháurregui y Adelina de Alaye para seguir la pista de la inhumación de Stella. Descubrieron que para la fecha del 22 de septiembre se encontraban 8 cuerpos enterrados en el Cementario de La Plata como NN, 4 hombres y 4 mujeres. Investigaron las direcciones en donde supuestamente habían sido asesinados, fueron al lugar, consiguieron la documentación de cada enterramiento e hicieron las gestiones necesarias para pedir la exhumación de los ocho cuerpos.
En marzo de 2008 el EAAF entregó los restos de Stella, identificados un mes antes. Sus restos fueron encontrados con la ropa con la que la habían secuestrado, enterrados sin cajón. Se encontraron más de nueve balas en sus restos.
Este caso se suma a las denuncias ya efectuadas sobre los médicos que avalaron la desaparición de personas al mentir y ocultar información. En esta oportunidad se mencionó a Ciafardo, De Tomas, Carlos Pío Crossa.
Recordaron todos a su hermana Stella como una persona especial, virtuosa, solidaria, muy querida.
Los delitos cometidos en perjuicio del padre de Stella no fueron juzgados. Todos los hermanos pidieron una condena que muestre que no se puede vivir impunemente y que el asesinato de su hermana sea reconocido, que consideren las palabras de todos los familiares.
Recordaron que muchos otros no tuvieron la suerte de llegar a probar tan acabadamente el homicidio y las complicidades que hicieron posible la desaparición y destacaron lo colectivo de la tarea de investigación, que llevaron adelante con una minuciosidad asombrosa.

Con los testimonios de los hermanos Bojorge, ya se han escuchado más de 50 declaraciones testimoniales, cerca de un tercio de las declaraciones programadas.

Para el viernes la audiencia fue convocada a las 10.00 hs. Se prevé la declaración de Marta Bettini, Ricardo Herrera, Julio Cedola, Laura Gerenschtein y Bernarda Luna.




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